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La historia de ciudad deportiva

El Valencia adquiere los terrenos de Paterna durante la presidencia de Francisco Ros Casares el 1974. Sin duda, esta adquisición fue el mejor legado de este presidente, que intentó aplicar en el club su visión empresarial y fue a modernizarlo.

Los terrenos de Paterna fueron un gran acierto. Hasta el nacimiento de los campos de Paterna, los jugadores del Valencia hacían sus sesiones preparatorias en unas condiciones poco favorables para un equipo de su categoría. Los entrenamientos se desarrollaban en un terreno situado detrás de la gradería numerada, que no medía las dimensiones reglamentarias y, excepcionalmente, utilizaban el campo de Mestalla. A veces, los jugadores valencianistas entrenaban en las instalaciones del Benimar.

A pesar de las penurias, Ros Casares y su directiva hicieron hacer frente a numerosas oposiciones a este proyecto. El equipo entrenado por la “Saeta Rubia” estaba atravesando una mala situación deportiva, por lo que, la afición estaba más preocupada por eso que por la apuesta de futuro de la directiva.

La asamblea de socios, después de inacabables discusiones, dio luz verde a la adquisición de los terrenos por un precio de setenta millones de pesetas. Ros Casares no pudo ni tan siquiera firmar la escritura de compraventa ya que, cuando llegó el momento de formalizarla, ya había abandonado la presidencia. El precio final fue 85 millones de pesetas, después de la adquisición de unos terrenos afines.

Ros Casares y su equipo demostraron tener una gran visión en esta operación, ya que la condición que habían impuesto era que los terrenos de la ciudad deportiva debían estar a cerca del futuro bypass, y por esta razón eligieron Paterna.